SAN JUAN - Cientos de manifestantes se reunieron el lunes a las afueras de la residencia de la gobernadora Wanda Vázquez en la capital de Puerto Rico para exigir su renuncia y protestar por el reciente descubrimiento de un almacén de suministros de emergencia, aparentemente olvidado, en medio de una serie de temblores.
“Hay que sacar a todos los corruptos”, dijo Mari Rivera, empleada del gobierno. “No le eche la culpa a nadie. Que saque la cara ella”.
Alrededor de 600 personas golpearon ollas y cazuelas, algunas otras ondearon la bandera de Puerto Rico y una de ellas utilizó un altavoz para gritar: “Wanda. Entrega los suministros”.
El pastor evangélico Ramón Marrero, quien condujo desde la localidad de Guayama, en la costa sur de la isla, junto a su esposa y sus hijas, dijo que “venimos a demostrar nuestra indignación, nuestra molestia, nuestra rebeldía”.
La escena les recordó a muchos el inicio de las protestas que escalaron a mediados del año pasado y que causaron la renuncia del exgobernador Ricardo Rosselló, y los manifestantes se comprometieron nuevamente a permanecer en las calles hasta que Vázquez también deje el cargo.
La protesta ocurrió un día después de que Vázquez despidió a otros dos funcionarios de alto rango de su gobierno — al secretario de Vivienda Fernando Gil y a la secretaria del Departamento de Familia Glorimar Andújar — por la falta de información referente a la recaudación de ayuda y centros de distribución. El sábado había despedido al director de manejo de emergencias, Carlos Acevedo.
Vázquez señaló que había perdido la confianza en esos funcionarios después del hallazgo de un almacén en la ciudad de Ponce, en la costa sur de la isla, que estaba repleto de suministros contra desastres y que databan de los días posteriores al impacto del huracán María, en septiembre de 2017.
La gobernadora ordenó una investigación del incidente y dijo que no se enjuiciaría a las personas que irrumpieron el domingo en el almacén para distribuir suministros a las personas afectadas por un reciente terremoto de magnitud 6.4 que dejó daños por cerca de 200 millones de dólares.
La investigación está programada a concluir el lunes.