QUITO - Ecuador se despidió el viernes del candidato a la Presidencia de Ecuador asesinado el miércoles, Fernando Villavicencio, en una jornada manchada por disputas familiares pero donde en el último momento decenas de seguidores han podido dar su último adiós tras el crimen político.
Tras un velorio privado, al que ni siquiera han podido acceder familiares cercanos como su madre, una discreta caravana ha acompañado el féretro de Villavicencio de la funeraria Memorial al cementerio Monteolivo, en el norte de Quito, para despedir al periodista que quería aspirar a la Presidencia en una jornada en la que el negro de luto se juntó con el blanco anhelante de paz.
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"Mi papi se puso toda la corrupción de un país encima, pero yo veo que no está solo, que tiene a muchas personas aquí hermosas acompañándole", aseguró a los medios, a la entrada del Memorial, una de sus hijas, Tamia Villavicencio, quien quiso honrar a su padre con una canción, aferrada a un retrato pintado de él.
Villavicencio fue asesinado en la tarde del pasado miércoles, tiroteado al salir de un mitin en el recinto de un colegio del norte de Quito, un crimen por el que hay seis detenidos -todos ellos colombianos- pero donde se desconoce quién está detrás de la orden de asesinarlo.
Había denunciado amenazas de muerte hacía unos días después de dedicar su vida a denunciar la corrupción y constituirse como un acérrimo enemigo del expresidente Rafael Correa (2007-2017), a partir de sus investigaciones periodísticas y denuncias.
"Siempre me decía que la única protección es que no tenía miedo, si tiene que pasar algo pasará", alegó su hija, que recuerda que en la última conversación que tuvieron, su padre le reconoció entre lágrimas que había llegado más lejos de lo que nunca había pensado.
También la familia ha cuestionado el resguardo policial del que disponía Villavicencio, donde al menos tres agentes están entre los nueve heridos que dejó el atentado, en el que uno de los atacantes murió producto de un intercambio de disparos con el personal de seguridad, según reportaron fuentes oficiales.
Hasta el momento hay seis personas detenidas en varios allanamientos realizados en Quito, todas ellas extranjeras, según reveló el ministro del Interior, Juan Zapata, sin detallar sus nacionalidades.
El asesinato de Villavicencio, que semanas atrás había denunciado amenazas de muerte en su contra, ha conmocionado a Ecuador en medio de una campaña electoral que ya giraba antes en torno a la crisis de seguridad que atraviesa el país, con recurrentes asesinatos y matanzas por parte de bandas del crimen organizado, a las que el candidato había prometido combatir.
El crimen del periodista y exasambleísta se suma a otros recientes como los asesinatos del alcalde de Manta, Agustín Intriago, y a un candidato a asambleísta por la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia.
El gobierno declaró tres días de luto nacional y un estado de excepción por 60 días para el despliegue de militares en todo el país, una medida ya tomada en otras ocasiones ante repuntes de criminalidad asociada a estas bandas, especialmente en la zona costera de país, donde el narcotráfico se ha hecho fuerte y ha hecho de los puertos ecuatorianos grandes lanzaderas de cocaína hacia Europa y Norteamérica.
UNA AMARGA DESPEDIDA
Esta jornada de adiós se ha visto enturbiada por disputas familiares ya que algunos familiares cercanos -su madre, hermanos, tíos y sobrinos- han denunciado tanto en la funeraria como en el cementerio que la esposa del fallecido, Verónica Sarauz, con la que no convivía desde hace seis años, no le ha dejado acceder a despedirse.
Sin embargo, finalmente un cambio de decisión final ha permitido que el féretro saliese de nuevo del camposanto rumbo al Centro de Exposiciones donde desde por la mañana estaba todo listo para que sus seguidores le dieran el último adiós.
"Es una pérdida, una herida muy grande para el Ecuador", dijo a EFE Alexandra Guevara, quien asegura que el líder "era la única persona a carta cabal, una persona honrada que luchó contra la corrupción y el correísmo".
Con oraciones, el puño en alto, dejando flores y sobre todo con lágrimas, las personas en fila han ido pasando por el féretro, cubierto por una bandera blanca con el logotipo de su formación "Construye" y su rostro.
Una veintena de simpatizantes, sobre todo mujeres vestidas, con camisetas blancas o del partido, estuvieron desde por la mañana en la puerta de la funeraria, que se ha llenado de ramos de flores.
Nerviosas y a gritos de "déjenos entrar" y "Fernando presente, eterno presidente", incluso trataron de tirar la verja abajo, por lo que la Policía tuvo que intervenir lanzando gas pimienta a las simpatizantes y los periodistas que se encontraban en la puerta.
LAS INCÓGNITAS QUE DEJA SU MUERTE
Los gritos anticorreístas y las críticas al expresidente fueron un constante entre los agrupados para la despedida, que recuerdan a Villavicencio precisamente por sus críticas y denuncias durante el Gobierno de Correa, que ha negado con mucha rotundidad a través de sus redes sociales tener cualquier relación con el crimen.
Sus simpatizantes también creen que le falló el Estado. Se trata de "un crimen político y un crimen de Estado porque cuando el Estado no te protege, el Estado es culpable", alegó María Beatriz Tinajero, simpatizante.
Otra de las incógnitas que quedan por resolver es quién reemplazará al candidato para las elecciones, que se mantienen para el próximo 20 de agosto. La formación "Construye" está aún decidiendo el nombre y consultando al Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre el candidato.
"Nosotros estamos ahora con este dolor y lo vamos a mantener hasta que no acabemos las exequias. Sin embargo, estamos haciendo algunas consultas al CNE para que dentro de los tiempos podamos entregar una persona", aseguró este viernes el candidato a asambleísta por esta formación y exministro de Interior, el general Patricio Carrillo.