MÉXICO - Los clientes se llevan su mercancía en la mano o en lo que ellos traen de sus casas, porque saben que ya en ningún comercio de la capital mexicana les darán bolsas de plástico.
Leticia Campos fue al mercado con su morral de tela porque dice que le da gusto ayudar al planeta, pero más aún regresar a aquellos tiempos en que el plástico no lo había contaminado todo.
"Anteriormente, me acuerdo cuando estaba más pequeña todo era por… no, no estaban bolsas, si no, íbamos a las tortillas y la servilleta y vamos al mandado y la bolsa", recuerda Campos.
Al igual que ella, millones de mexicanos aplauden la ley que entró vigor el primer día de este año, la cual prohíbe la distribución, comercialización y entrega de este tipo de material, trabajo que no está siendo fácil, revela la encargada de un supermercado.
"Pues los clientes se molestan mucho porque desde un inicio ya las queríamos ir quitando poco a poco pero se molestaban porque pensaban que no se las queríamos dar por no gastar, pero era para evitar la contaminación", explica Teresa Torres, encargada de supermercado.
Pero ahora no habrá otra opción y tanto los negocios, como los consumidores tendrán que buscar soluciones.
Mediante un comunicado, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la capital mexicana expresó que el objetivo del Gobierno de la metrópoli "es tener una mejor ciudad y un mejor planeta".
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"Creemos que este 1 de enero vamos a dar un ejemplo al mundo, que no se lo espera de la Ciudad de México", dijo la directora de evaluación de impacto y regulación ambiental de la Sedema, Andrée Lilian Guigue Pérez.
Recordó que en la Ciudad de México se generan alrededor de 13,000 toneladas de basura diarias, de las cuales 8,600 toneladas son enviadas a rellenos sanitarios y sólo 1,900 toneladas se van al reciclaje.
Ante estas cifras, la funcionaria contó que sostuvieron reuniones y encuentros con representantes de la industria del plástico para abordar esta problemática y posibles soluciones, lo que derivó en esta prohibición.
"No se va a permitir que se comercialice, ni que se distribuya, ni que se le entregue al consumidor una bolsa de plástico desechable en ningún sitio de venta (...) el principal vigilante será el consumidor, quien verá que no se entreguen y, sobre todo, que no aceptará este tipo de bolsas", destacó.
Guigue Pérez reiteró que el principal objetivo es lograr un consumo responsable y será "el consumidor quien va a permitir o no que se le entreguen este tipo de bolsas".
Precisó que no importa que la bolsa biodegradable ya que al ser desechable "sigue siendo un plástico que podría tardar 100, 300, 500 años en degradarse".
La funcionaria precisó que las únicas bolsas que se permitirán serán las compostables y que se utilizarán bolsas, en determinados casos, por cuestión de salubridad e higiene debido a que hay alimentos donde se tiene contacto directo, como sucede con los diferentes tipos de carnes.
Guigue Pérez señaló que para quien no cumpla con lo dispuesto en la Ley de Residuos Sólidos en la Ciudad de México habrá sanciones que van de los 42,000 a los 170,000 pesos (de 2,218 a 8,980 dólares) aunque aclaró que no se trata de una iniciativa punitiva.
La prohibición de bolsas de plástico y popotes (pajillas) fue aprobada el pasado 9 de mayo pasado por el Congreso de la Ciudad de México al reformar la citada ley.
Por ahora solo algunos comercios dan bolsas biodegradables o de papel para entregar la mercancía , otras usan las cajas de cartón . La iniciativa se suma a esfuerzos similares que se han hecho en varios estados del país y aquellos que las apoyan, como Jenny Jiménez, esperan que más gente siga su ejemplo.
"Yo ya me hice a la idea de comprarme mis bolsas y traerlas a todos lados, de hecho traigo mi bolsa en el coche“, dice Jiménez. El objetivo es que para el 2021 se prohíban todos los artículos de plástico de un solo uso.