CIUDAD DE MÉXICO — Soldados mexicanos ingresaron por primera vez en varios meses a un municipio controlado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, informó la Secretaría de la Defensa Nacional el miércoles.
El Ejército desplegó el martes lo que parecían ser cientos de soldados y vehículos en el municipio de Aguililla, en el estado occidental de Michoacán. Se encuentra en una zona en la que el cártel libra una disputa territorial con el grupo local Los Viagras.
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Las tropas desarticularon un bloqueo civil apostado frente a una pequeña base del Ejército en Aguililla que había impedido ingresar a esas instalaciones desde el verano pasado. Las tropas emplazadas en ese lugar abandonaron la base durante meses, aunque mientras estuvieron allí nunca salieron de ella.
CIENTOS DE SOLDADOS ENTRARON A AGUILILLA, EN EL ESTADO DE MICHOACÁN
La Sedena destacó que el gobierno iniciaría la “instalación de la mesa de diálogo para la pacificación de Aguililla”, y el “ingreso y liberación de localidades con presencia de la delincuencia organizada” en ese poblado y otros aledaños.
La agencia difundió fotos de pilas de armas, chalecos antibalas y dos vehículos blindados de fabricación casera marcados con las iniciales del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El Ejército acusó a muchos de los habitantes de Aguililla de actuar como la base social de ese cártel debido a que bloquearon la base y confrontaron a los soldados durante protestas.
Pero algunos residentes del poblado acusan al Ejército de atacar únicamente al CJNG y permitir que Los Viagras —también conocidos como Cárteles Unidos— instalaran puntos de revisión en autopistas para extorsionar y amenazar a los locales.
En la zona se cultiva limón y se practica la ganadería, y los Cárteles Unidos han impuesto un gravamen a los cargamentos de estos productos que salen del lugar y a los bienes que ingresan. Eso ha contribuido a un marcado incremento en el precio del limón a nivel nacional.
En Aguililla, los manifestantes han exigido que el Ejército despeje los caminos y actué con fuerza similar tanto contra un grupo delictivo como contra el otro.
José Francisco Helizondo, residente de Aguililla que ha ayudado a organizar protestas y el bloqueo a la base militar, dijo que los residentes han reaccionado “con miedo, con desconfianza de que las cosas vuelvan a estar como hace dos años, y que los ahora Cárteles Unidos vuelvan a entrar con el gobierno a tomar represalias contra el pueblo”.
Eso fue una referencia a las repetidas ocasiones en los últimos años en que el control de las localidades de la zona ha cambiado de manos durante el prolongado conflicto.
Los cárteles rivales han usado trincheras, francotiradores y dispositivos explosivos arrojados desde drones durante su conflicto, en el que recurren cada vez con mayor frecuencia a apostar civiles en las primeras líneas de combate.
En enero salió a la luz evidencia de que los grupos delictivos también han comenzado a utilizar artefactos explosivos improvisados (AEI) en los caminos para deshabilitar vehículos del Ejército.
El movimiento de autodefensas en la localidad de Tepalcatepec, cerca de Aguililla, dijo que minas terrestres improvisadas causaron severos daños a un vehículo blindado del Ejército la semana pasada. Este sería el primer registro del uso exitoso de AEI por parte de cárteles mexicanos.
El Ejército no respondió a una solicitud de comentarios sobre los explosivos improvisados. Pero la Sedena indicó que en la zona se han registrado cuatro ataques con explosivos, vehículos blindados de fabricación casera y tiroteos en contra de patrullas del Ejército, lo cual ha dejado 10 soldados heridos. La dependencia no especificó qué tipo de explosivos se utilizaron.