MÉXICO - Al dolor de su pérdida se sumó la impotencia de saber que a su familiar no la mató la enfermedad que padecía, sino una negligencia en el hospital donde debían salvarle la vida.
"Ella quería que la sacáramos de aquí, porque no quería morir aquí, pero ya no nos dio tiempo", cuenta Candelaria Jerónimo, familiar de la paciente.
María Soledad disfrutaba ya de su jubilación, luego de trabajar en Petróleos Mexicanos (Pemex), al igual que ocurrió con todos los pacientes que fueron afectados por la aplicación de un medicamento contaminado.
"Me comenzó a pegar en el camino a mi casa, me estaba muriendo", recuerda Carlos Gómez, quien recibe tratamiento de hemodiálisis.
Gómez es uno de los sobrevivientes de este error y afirma que, como ya es costumbre para él, acudió a su hemodiálisis al Hospital Regional de Pemex de Villahermosa, Tabasco, y todo parecía normal, hasta horas después cuando la equivocación hizo efecto.
"La temblorina, mucha fiebre, dolor de huesos y el corazón que me quería reventar", enumera Gómez los síntomas que padeció.
Los pacientes afectados fueron aumentando conforme pasó el tiempo, el área de urgencias se saturó y los familiares exigían que alguien les explicara lo que les habían hecho a los suyos: "ahora sí, ellos mismos los están matando".
En medio de esta crisis, Pemex reconoció que les habían suministrado a los pacientes con insuficiencia renal un medicamento contaminado con bacterias, el cual les provocó más daños a su salud.
La empresa del gobierno mexicano aseguró que ordenó el retiro del farmaco y denunció al proveedor de ese producto.
Mientras, en el hospital tratan de estabilizar a los enfermos como José Pérez, quien asegura que desde antes de que le suministran el medicamento, las enfermeras y él notaron algo raro.
"El medicamento estaba turbio, ellas mismas lo dijeron y las cajas estaban en mal estado", asegura Pérez.
Pemex indicó que en total 67 derechohabientes fueron afectados.