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Estado fronterizo confirma 16 migrantes con COVID-19

El gobierno de Tamaulipas pide a AMLO que deje de recibir a migrantes.

EFE Migrantes en un campamento en las orillas del Río Bravo en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas.

CIUDAD VICTORIA — El gobierno del estado norteño de Tamaulipas, fronterizo con Texas, confirmó el lunes la existencia de 16 casos positivos de COVID-19, entre migrantes nacionales y extranjeros, 15 en Nuevo Laredo y uno en Reynosa.

Asimismo, hizo un llamamiento a la administración de Andrés Manuel López Obrador para que deje de recibir a migrantes o solicitantes de asilo devueltos desde Estados Unidos.

El casa del migrante Nazareth, donde se dieron los 15 casos, indicó que tres son menores de edad. Detalló que seis son de Honduras, tres de Cuba, uno de Camerún, uno de Guatemala y cuatro mexicanos. Tres de ellos fueron fueron hospitalizados y luego regresaron al albergue donde los 15 permanecen aislados y ya sin síntomas.

El albergue ha hecho un total de 57 pruebas COVID-19 pero no ha detectado más contagios. Los migrantes que dieron negativo fueron evacuados a otras instalaciones también de la iglesia católica en Nuevo Laredo, agregó la nota de prensa.

Según un comunicado del gobierno de Tamaulipas, los 15 positivos de Nuevo Laredo fueron supuestamente contagiados cuando uno de ellos, un mexicano deportado desde Houston que no sabía que tenía el virus, ingresó a uno de los albergues de esta ciudad.

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El único contagiado fuera del albergue fue un mexicano repatriado por la frontera de Reynosa, vecina de McAllen, el 17 de Abril, procedente de Atlanta, Georgia, el cual ya fue trasladado a Michoacán, su estado natal, en el occidente del país. Según el comunicado, el migrante fue identificado en el filtro de sanidad del puente internacional de Reynosa, donde de inmediato se activó el protocolo establecido ante los casos sospechosos.

La noticia llega justo cuando Estados Unidos acaba de prorrogar otros 30 días, hasta el 20 de mayo, su decisión de expulsar de forma inmediata a todo aquel que cruce ilegalmente su frontera sur.

Debido a esta medida, pactada con el gobierno mexicano y que ha expulsado también a solicitantes de asilo, Washington ha devuelto a México a unos 10,000 mexicanos y centroamericanos, según los últimos datos ofrecidos por la Patrulla Fronteriza.

El gobierno de Tamualipas pidió el lunes a la adminsitración de Andrés Manuel López Obrador que no acepte a más centroamericanos fruto de un convenio “de palabra que no esta sustentado jurídicamente” y “nunca pasó por el Senado que nosotros pudiéramos recibir gente de otra nacionalidad”, dijo Gloria Elena Garza Jimenez, subsecretaria de Legalidad y Servicios Gubernamentales del estado.

Francisco García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, dijo que las condiciones precarias de alojamiento de los migrantes elevan los riesgos de contagios.

Supuestamente, la medida tomada por Estados Unidos el 20 de mayo era para evitar la transmisión del coronavirus. Sin embargo, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) ha admitido que más de un centenar de migrantes dieron positivo al COVID-19 en 25 centros de detención.

Además, al menos 44 guatemaltecos deportados desde Estados Unidos también fueron confirmados como contagiados por el coronavirus.

El gobierno federal de México, un país con 8,772 contagiados, sólo se había referido a la existencia de un caso de coronavirus entre migrantes. El canciller Marcelo Ebrard dijo el viernes que ocurrió en el albergue de la Iglesia de Nuevo Laredo pero no ofreció más detalles.

“Se hacen todos los diferentes tipos de filtros sanitarios con las normas que la Secretaría de Salud ha emitido”, garantizó Ebrard.

Los migrantes que esperan asilo desde campamentos en Matamoros temen por su salud ante la crisis que ha generado el coronavirus.

Migrantes entrevistados por AP indicaron que al ingresar a México desde Estados Unidos las autoridades mexicanas les preguntaban si se encontraban bien y les tomaban la temperatura.

El Instituto Nacional de Migración no respondió de forma inmediata a una solicitud de comentario por parte de AP.

Los gobiernos del noreste mexicano ya alertaron hace unas semanas al gobierno federal que necesitaban ayuda con el tema de los migrantes devueltos y la pastoral de movilidad de la Iglesia ya había alertado hace semanas de los peligros de contagio y la falta de medidas para evitarlos por parte de las autoridades federales al haber aceptado que las devoluciones de personas ocurrieran a cualquier hora del día o la noche.

Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia de prensa del viernes, insistió en que México cumple con sus responsabilidades en este tema..

En al menos ocho ciudades de la frontera, algunas con altos índices de violencia como Ciudad Juárez y Matamoros, en estos meses han esperado su turno ante una corte estadounidense más de 60,000 personas, a menudo en una situación muy precaria.

El gobierno de Tamaulipas es el que ha ido más lejos en sus exigencias a la administración de López Obrador. El 13 de abril presentó ante la Suprema Corte una controversia constitucional, de carácter urgente, con la que solicita se dicten medidas cautelares para la protección de la salud de los habitantes y migrantes en el estado.

Garza también pidió a todos los albergues de migrantes del estado que no recibiban a más personas para evitar nuevos contagios.

Asimimo, las autoridades estatales solicitaron que México envíe a sus países de origen a todos los que ya están en Tamaulipas, estén contagiados o no. Este estado fue uno de los principales receptores de solicitantes de asilo devueltos desde principios del año pasado para que esperasen la resolución de su proceso en territorio mexicano.

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