URUAPAN, Michoacán - Los cuerpos de las nueve víctimas del tiroteo en un salón de videojuegos en Uruapan, Michocán, fueron sepultados el miércoles en medio de la lluvia y el dolor de sus familiares.
Adela Montes Sandalla acariciaba la fotografía de su hijo anhelando escuchar de nuevo los latidos de su corazón, aunque sabe que eso es imposible porque Richie fue una de las víctimas mortales de la masacre en un centro de videojuegos.
La pesadilla que viven las familias de cuatro menores y cinco adultos atormenta a la destrozada madre, quien recuerda el instante en que le avisaron que dos de sus hijos habían sido alcanzados por las balas.
"Entonces mi hijo y yo nos vamos corriendo y cuando damos la vuelta , lo primero que vimos fue la masacre que hubo ahí y ahí vi a mis hijos tirados", detalla Montes Sandalla.
Hincada en el suelo del local de máquinas de videojuegos, la mujer vio como el joven de 21 años dio su último respiro, pero una esperanza brillo entre el charco de sangre.
"Yo llego y encuentro a mis dos hijos ahí tirados, ¿qué hago, Dios mío? Agarré a uno, yo lo vi que estaba encima de su hermano el menor. Lo agarramos con mi hijo y vimos que tenía vida todavía", recuerda.
Ricardo había protegido con su cuerpo a su hermano menor, pero no pudo evitar que lo hirieran.
El adolescente de 15 años permanece en un hospital privado de la entidad porque recibió balazos en la cabeza, la ingle y las piernas, y su estado de salud se reporta como muy grave.
Y mientras los familiares y pobladores rezan por la vida del menor, también lo hacen por las almas de quienes este día despidieron.
Los ataúdes de las nueve víctimas recorrieron la comunidad bajo la lluvia, acompañados con música, globos, flores y con la promesa del gobernador Silvano Aureoles de que se hará justicia.
"No vamos a ser rehenes, nadie , pero en especial Uruapan, de las bandas de delincuentes", prometió Aureoles.
De la investigación, hasta el momento no se ha dado a conocer ningún detalle.
