El Día de Muertos es una tradición de la cultura mexicana que consiste en recordar a nuestros antepasados y tiene un trasfondo histórico que podría interesarte.
Dicha tradición se celebra el 1 y 2 de noviembre. Sin embargo, la celebración comenzó el 27 de octubre y se extendió hasta el 3 de noviembre. Aquí te explicamos un poco de la historia de esta tradición, cómo construir un altar de muertos tradicional y cómo rendir tributo a tus ancestros en cada día.
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Además, te decimos cuándo debería de quitarse la ofrenda y desmantelarse el altar de muertos, conforme a la tradición.
QUÉ ES EL MICTLÁN
El Mictlán, es el lugar del descanso eterno en la mitología azteca, y en la época prehispánica el culto a la muerte era uno de los elementos básicos de la cultura.
Cuando alguien moría era sepultado, y sus familiares realizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido al mundo de las ánimas, el Mictlán.
"La tradición actual es que es el día en el que las almas que se fueron van a regresar, y el regreso depende de tener el altar y de que los ayudemos a volver", agregó Iglesias Prieto.
A volver, por lo menos un día, el 1 de noviembre para los niños, y el 2 de noviembre para los adultos que ya fallecieron.
En la visión indígena se cree que los difuntos regresan a casa, al mundo de los vivos, para convivir con los familiares.
"Creas o no que vuelven las ánimas, los mantienen vivos en el recuerdo, y eso es un mecanismo de sanación, es muy bonito pensar en tus muertos, y también pensar en una manera más sana en la muerte", agregó la profesora emérita.
Por lo que muchos de los elementos de un altar de muertos tienen que ver con ayudar a las almas a transitar del mundo de los muertos al mundo de los vivos con las ofrendas.
En la actualidad, los altares son decorados con flores de cempasúchil, papel picado, calaveritas de azúcar, pan de muerto, mole o algún platillo que le gustaba a sus familiares a quien va dedicada la ofrenda, y así es como se mantiene viva la tradición mexicana.
¿QUÉ DEBE DE TENER UN ALTAR DE MUERTOS Y POR CUÁNTO TIEMPO?
Si bien lo más importante de un altar de muertos es el sentimiento detrás de él, con elementos para recordar y honrar a los ancestros, aquí te explicamos lo que debe tener un altar tradicional. Por lo general, se comienza a poner el altar y las ofrendas a partir del 27 de octubre y se retiran a partir del 3 de noviembre.
- Sal y mantel blanco: representan la pureza, y la sal como el elemento purificador para que las almas crucen de su mundo al nuestro y de regreso.
- Calaveras de azúcar y chocolate: las calaveras representan la muerte y el azúcar y chocolate el dulce descanso.
- Copal e incienso: alejan los malos espíritus para que las almas buenas puedan venir y entrar.
- Flores de cempasúchil: relacionadas con el sol por su brillante color amarillo, se colocan en forma de guías marcando el camino de la entrada hacia el altar, para guiar a las almas.
- Comida: le da la bienvenida a nuestros seres queridos que nos visitan con sus platillos favoritos.
- Fotografías: de nuestros seres queridos que esperamos visiten nuestro altar (dibujos o representaciones de ellos para los ancestros o difuntos sin fotografía también son importantes).
- El pan de muerto es una representación del cariño a los que ya no están con nosotros.
LOS CUATRO ELEMENTOS EN EL ALTAR DE MUERTOS
Un altar tradicional del Día de Muertos contiene representaciones de los cuatro elementos naturales: viento, agua, fuego y tierra.
- Viento: el papel picado
- Agua: en una jarra o vasos para mitigar la sed de las almas
- Fuego: veladoras
- Tierra: flores, fruta y el pan
La ofrenda con veladoras, comida y adornos generalmente se pone desde el 27 de octubre. Aunque cada región en México celebra esta tradición con algunos cambios y es típico solo incluir el 1 y el 2 de noviembre, muchos prenden o conmemoran a los muertos desde el 28 de octubre al 2 de noviembre y en algunos casos se incluye a las mascotas, siendo éstas parte de la familia contemporánea de muchos. Aquí un ejemplo de cómo se celebra esta tradición en muchos hogares mexicanos.
28 DE OCTUBRE
Este día se prende la primera veladora y se coloca una flor blanca para darle la bienvenida a las almas perdidas. En este día se recuerda a los fallecidos de manera trágica, por violencia o accidentes.
29 DE OCTUBRE
Este día se prende una veladora para las almas olvidadas. Es decir, aquellos que ya no tienen quién les rece.
30 Y 31 DE OCTUBRE
En estos días se prende una veladora para los que fallecieron sin haber sido bautizados, o que murieron antes de nacer o muy pequeños. Son días dedicados a todos los niños.
1 DE NOVIEMBRE
Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), el "1 de noviembre es el Día de Todos los Santos, celebrando aquellos que llevaron una vida ejemplar, así como los niños". Se prende una veladora más y se prepara la bienvenida para nuestros ancestros el 2 de noviembre.
2 DE NOVIEMBRE
El Día de Muertos es la máxima celebración en México que comienza con campanas de iglesias y la práctica de ciertos ritos desde la madrugada, como adornar las tumbas y hacer altares sobre las lápidas. Esto con el fin de ayudar a las ánimas al tránsito al más allá, describe el INAH.
En México, las culturas indígenas veían a la muerte como una continuación de la vida, una que vivía en constante conexión con los muertos. Es decir, que se les podía pedir ayuda a los ancestros en cualquier momento y cuya conexión era más palpable en estas fechas.
¿CUÁNDO SE QUITA EL ALTAR DE MUERTOS? ¿QUÉ HACER CON LAS OFRENDAS TRAS LA CELEBRACIÓN?
Por lo general, tan pronto las almas de los difuntos regresan al más allá (al Mictlán) luego de visitar a sus familiares en el plano terrenal, se debería de retirar las ofrendas y el altar puesto que ya se cumplió con el propósito.
El diario de El País México indicó que, de acuerdo con la creencia, "una vez que se hayan ido los difuntos, los vivos pueden disfrutar de los frutos y la comida. El 3 de noviembre se quita la ofrenda y los alimentos o dulces se reparten entre vecinos y familiares".
Sin embargo, algunas familias acostumbran a retirar las ofrendas y los altares el 4 de noviembre o dejarlos un poco más de tiempo, dependiendo de la región de México donde se celebra esta tradición.
Es importante asegurarse de que los alimentos se encuentren en buen estado ya que muchos son perecederos y su calidad podría deteriorarse con mayor rapidez al estar expuestos al aire libre o a otros elementos.
En el caso de las flores de Cempasúchil, varios medios impresos de México informan que la flor puede ser reciclada, ya sea para hacer infusiones o hacer un repelente de insectos, dependiendo del estado en que se encuentren los pétalos. Además, las flores pueden ser utilizada en recetas de temporada como en helados, atole o cremas. Incluso, pueden ser utilizadas como parte de una composta o abono para las plantas.
Cabe mencionar que, dependiendo del estado de los elementos de la ofrenda en el altar, hay muchas formas de aprovechar su uso para evitar el desperdicio. Conforme a Infobae, la flor de Cempasúchil puede ser utilizada para infusiones y otros usos (ver arriba), la fruta puede ser preparada en un ponche si están en un buen estado para ser consumidas, el pan de muerto podría ser un alimento para aves si no se ha descompuesto o dañado y los elementos no perecederos como las veladoras, los inciensos, el copal y el papel picado podrían conservarse para ser reutilizados en actividades escolares o para futuras celebraciones.
¿POR QUÉ SE USA LA FLOR DE CEMPASÚCHIL?
"Cempasúchil" es una palabra náhuatl que significa "flor de los veinte pétalos". Era utilizada por los mexicas con fines medicinales y de acuerdo con la cosmovisión prehispánica, su color amarillo evocaba al sol, sirviendo como luz para guiar a las almas de los difuntos del cementerio a los hogares.
¿QUÉ ES EL PAN DE MUERTO?
El pan de muerto es uno de los elementos más típicos de la ofrenda a los fallecidos. Es un pan dulce que contiene harina de trigo, leche, huevo, levadura, azúcar, sal y mantequilla, y se aromatiza con anís y naranja.
Según la crónica de Bernal Díaz del Castillo, el ritual incluía un sacrificio de una doncella a los dioses y su corazón aún latiendo era introducido en una olla con amaranto, y acto seguido el sacerdote del rito mordía el órgano en señal de agradecimiento.
Los españoles rechazaron este tipo de sacrificio y elaboraron un pan de trigo de forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo simulando la sangre de la doncella.
Sin embargo, también se dice que los primeros pobladores de Mesoamérica enterraban a sus muertos con todas su pertenencias y "elaboraban un pan de semillas de amaranto molidas y tostadas, mezclando con la sangre de los sacrificios que se hacían en honor de Izcoxauhqui, Cuetzaltzin o Huehueteotl".