CIUDAD DE MÉXICO - Marcharon por la paz y contra la violencia que ha llenado de luto miles de hogares mexicanos; sin embargo, al llegar al Zócalo capitalino, donde se ubica Palacio Nacional, fueron recibidos por simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, quienes los agradieron física y verbalmente.
Los simpatizantes del presidente, que se identificaron por los gritos de apoyo a López Obrador y de repudio a quienes han sido víctimas de desapariciones y asesinatos de hijos o familiares, intentaron impedirles que dirigieran un mensaje en un templete que colocado en el centro de la plaza.
“Nuestra casa, México, y la bandera que lo representa y que hemos llevado y traído con nosotros a lo largo de estos días de largo andar, está, como la casa de Mercedes Carranza, llena de violencia, sangre, muerte, desapariciones, fosas, mentira e impunidad; está plagado de crímenes atroces frente a los cuales el lenguaje fracasa.
"Sus caminos, sus plazas, sus recintos están tomados por seres sin alma que, con apoyo de funcionarios de Estado y empresas, corrompen, desaparecen y asesinan a nuestros niños y niñas, a nuestras mujeres, a nuestros jóvenes, a nuestros viejos, cavan fosas siniestras, nos amenazan y exhiben sus atrocidades para inhibir nuestras reacciones vitales”, dijo Javier Sicilia, uno de los convocantes de la Marcha.
La Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz inició a mitad de la semana en el estado de Morelos y fue ganando miles de adeptos conforme sumaba kilómetros (millas) en el recorrido.
Liderados por Sicilia, los hermanos Julián y Adrián LeBarón, miembros de la familia Langford que en noviembre fue sacudida por una violencia atroz que les arrebató la vida de tres de sus mujeres y seis de sus niños en Bavispe, Sonora, los integrantes de la Camineta pretendían ser recibidos por López Obrador.
Sin embargo, el mandatario insistió en que él no se prestaría a ningún show y que por ello serían recibidos por miembros del Gabinete de Seguridad.
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Pero este domingo, en vez de reunirse, optaron por entregar un documento sobre justicia transicional a los miembros del Gabinete, para que se lo hagan llevar al presidente.
"No tenemos nada que hablar con el Gabinete de Seguridad, ese es el problema, igual que los presidentes anteriores redujeron el drama y la tragedia humanitaria de esta Nación a un asunto de balas", dijo Sicilia al final de su mensaje.
"A un asunto de seguridad con abrazos, esa no es una política correcta; ni los balazos ni los abrazos, una política de Estado del tamaño del horror".
Para Sicilia y sus acompañantes, está claro que López Obrador no es responsable de este "horror" que heredó de administraciones anteriores que sólo tuvieron imaginación para la violencia, la impunidad y la corrupción.
Pero sí, dijo Sicilia, es responsable de darle la espalda a la agenda de verdad, justicia y paz como prioridad de la Nación, de polarizar al País con el lenguaje que usa en sus conferencias mañaneras; y de tener abandonadas y desarticuladas las instituciones de atención a víctimas.
“Ya es tiempo, presidente, de poner un verdadero alto a tanto dolor, a tanta muerte, a tanta humillación, a tanta mentira; tiempo de que al sufrimiento le palpite de nuevo el corazón y la tierra pueda florecer; tiempo de unir las fracturas ensangrentadas de la patria y de hacer con todos la verdad, la justicia y la paz que tanto necesitamos. Es tiempo de poner el vino nuevo en odres nuevas. Tú decides, presidente, hacia qué lado de la historia quieres caminar”, expresó.