El padre de Blake dijo al Chicago Sun-Times una actualización sobre el estado de salud de su hijo, quien recibió ocho disparos durante el enfrentamiento del domingo por la noche con la policía, incidente que fue capturado en un video de teléfono celular y provocando dos noches de disturbios en la ciudad entre Milwaukee y Chicago.
El padre, también de nombre Jacob Blake y que condujo desde Charlotte, Carolina del Norte, a Kenosha para estar con su hijo, señaló al periódico que se enteró el domingo por la noche que los oficiales le habían disparado a su hijo ocho veces y que vio el ahora el video en línea unos minutos más tarde donde parece mostrar a la policía dispararle a su hijo por la espalda.
Blake señala su hijo ahora tiene "ocho agujeros" en el cuerpo y está paralizado de la cintura para abajo, aunque los médicos no saben si la parálisis será permanente.
La ira por el tiroteo se extendió a las calles de Kenosha por segunda noche el lunes, y la policía volvió a disparar gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes que desafiaron el toque de queda, arrojaron botellas y dispararon fuegos artificiales contra las fuerzas del orden que custodiaban el juzgado.
La ciudad del sureste de Wisconsin se convirtió en el último foco de tensión de la nación en un verano de disturbios raciales después de que las imágenes capturadas con teléfonos celulares que muestran la policía disparando a Blake mientras se inclinaba hacia su SUV, aparentemente mientras tres de sus hijos estaban sentados en el vehículo, circularon ampliamente en las redes sociales. El joven de 29 años fue hospitalizado en estado grave.
El tiroteo provocó la condena del gobernador demócrata Tony Evers, quien también llamó a 125 miembros de la Guardia Nacional el lunes después de que los manifestantes prendieran fuego a automóviles, rompieran ventanas y se enfrentaran con agentes antidisturbios la noche anterior.
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La policía disparó gas lacrimógeno por primera vez el lunes unos 30 minutos después de las 8 p.m. con el toque de queda en vigor para dispersar a los manifestantes que corearon, “Sin justicia, no hay paz” mientras se enfrentaban a una fila de agentes que vestían equipo de táctico y se paraban hombro con hombro frente a la entrada del juzgado.
Pero cientos de personas se quedaron, gritando a la policía y provocando incendios, incluso quemaron un camión de basura cerca del juzgado.
La tensión se hizo nuevamente presente el lunes por la mañana después de que una conferencia de prensa con el alcalde de Kenosha, John Antarmian, que originalmente se llevaría a cabo en un parque, finalmente fue trasladada al interior del edificio de seguridad pública de la ciudad.
Cientos de manifestantes se hicieron presente en el edificio logrando romper una de las puertas antes de que la policía llegara con equipo antimotines y rociara con gas pimienta a la multitud, que incluía a un fotógrafo de The Associated Press.
