Inmigrantes y sindicatos marcharon el lunes en ciudades de todo Estados Unidos para conmemorar el Día Internacional de Trabajo y protestar contra los esfuerzos del presidente Donald Trump para impulsar las deportaciones.
En Chicago y alrededores miles de personas dejaron a un lado sus obligaciones y salieron a marchar.
Ni la lluvia ni el frío detuvo a las distintas organizaciones que se unieron pidiendo respeto para todos los trabajadores y también por los inmigrantes indocumentados que trabajan en este país.
Trabajadores, sindicatos y organizaciones sociales de toda la ciudad se congregaron en el Union Park en donde se realizó un mitín y luego comenzaron a marchar hasta la Plaza Daley.
Durante la manifestación representantes de organizaciones comunitarias compartieron que antes los cambios en las prioridades de deportación de la actual administración federal, existe miedo entre los indocumentados pero el lunes se armaron de valor para marchar.
"Los activistas y manifestantes seguirán expresándose y apoyando proyectos de ley que protejan y ayuden a los indocumentados, refugiados y minorías” expresó Artemio Arreola, representante de la Coalición de Inmigrantes y Refugiados de Illinois.
El Sindicato de Maestros de Chicago (CTU), también dijo presente durante las manifestaciones para protestar por la falta de fondos estales para la educación pública.
Estos junto a la Coalición "Chicago May Day” se unieron en apoyo a los derechos de los trabajadores, justicia racial, igualdad de género, derecho de los discapacitados y de los inmigrantes.
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Decenas de miles de migrantes y sus partidarios protestaron en ciudades como Nueva York, Seattle y Los Ángeles. También hubo actos en decenas de ciudades más pequeñas, desde Fort Lauderdale, en Florida, a Portland, Oregon.
En muchos lugares, los activistas pidieron a la gente que no acudieran a sus empleos, a la escuela ni a comprar para mostrar la importancia de la inmigración en las comunidades estadounidenses.
Aunque los miembros de los sindicatos suelen marchar el 1 de mayo en favor de los derechos de los trabajadores en todo el mundo, la jornada se ha convertido en una fecha clave para migrantes en Estados Unidos desde las multitudinarias protestas de 2006 contra una propuesta de ley sobre inmigración.
En los últimos años, las protestas por los derechos se redujeron mientras los grupos centraban su atención en el registro de votantes y el cabildeo. Se espera que un gran número de personas vuelva a salir a la calle este año ya que los colectivos de migrantes se han unido a asociaciones de musulmanes, defensores de los derechos de las mujeres y otros en contra de las políticas del gobierno de Trump.
En sus primeros 100 días en la Casa Blanca, Trump ha promovido intensamente la implantación de las normas migratorias, como decretos para erigir un muro en la frontera con México y para vetar la entrada al país desde seis naciones de mayoría musulmana.
El gobierno detuvo a miles de personas que estaban de forma ilegal en el país y amenazó con retener la financiación a las jurisdicciones que limitan la cooperación entre las autoridades migratorias locales y federales.
En respuesta, los líderes locales prometieron pelear y la participación cívica aumentó, incluyendo el "Día Sin Inmigrantes" en febrero. El veto migratorio y la norma contra las conocidas como "ciudades santuario" fueron suspendidas temporalmente en los tribunales.
Además de las manifestaciones, activistas por los derechos de los migrantes en comunidades de Indiana, Massachusetts, Texas y otras partes del país convocaron huelgas para mostrar al país la demanda de mano de obra migrante y su poder de compra.
Defensores de los inmigrantes esperan que su mensaje llegue a Trump, a los legisladores del congreso y al público, además de proporcionar un sentido de unidad y fuerza entre los opositores a las políticas del gobierno.