MIAMI.- El Zoológico de Miami anunció el nacimiento de una rara babirusa, una especie de cerdo en peligro de extinción, marcando con ello el primer nacimiento exitoso de esta especie en su historia.
El babirusa, que permanece recluido con su madre en una zona privada y cuyo sexo aún no se ha determinado, nació el viernes 15 de diciembre de Maggie, una hembra de casi cinco años procedente del zoológico de St. Louis, Missouri, y Harry, un macho de casi cinco años del zoológico de Audubon, en Nueva Orleans, Luisiana, según un comunicado del zoológico.
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Los babirusas salvajes, que están en peligro de extinción a causa de la destrucción de su hábitat, son una especie única de cerdo salvaje que viven en los pantanos y selvas tropicales de Indonesia.
La palabra babirusa procede del malayo 'babi rusa' y significa 'cerdo ciervo' y posiblemente sea por hacer referencia a sus delicadas patas y sus estómagos compuestos, similares a los de los rumiantes, como ciervos y ovejas.
Conocido por su peculiar apariencia, en particular los distintivos colmillos de los machos que se asemejan a astas, el babirusa es considerado uno de los cerdos de apariencia más inusual del mundo.
A diferencia de otros cerdos, posee colmillos que crecen en la parte superior de la cara y, a veces, pueden curvarse hacia atrás en la cabeza, junto con un segundo par de colmillos inferiores que se curvan hacia arriba y lejos de la cabeza.
Las hembras, sin embargo, no exhiben estos colmillos y ambos sexos son relativamente lampiños.
Los babirusas son omnívoros y su dieta se compone principalmente de frutas, raíces, invertebrados y pequeños mamíferos. También se sabe que son capaces de vivir hasta 20 años bajo cuidado humano, en contraste con su esperanza de vida de aproximadamente 10 años en la naturaleza, según explica el comunicado del zoológico.
En la naturaleza, los babirusas machos participan en batallas territoriales parándose sobre sus patas traseras y usando sus patas delanteras para luchar.
El Miami Zoo indicó que a pesar de que el padre, Harry, está en exhibición pública, se espera que la madre y el bebé permanezcan alejados del público durante varias semanas para garantizar la adaptación exitosa del recién nacido a su hábitat rodeado de fosos.