EEUU

Una por una, las claves de la investigación sobre el ataque al Capitolio

Las transcripciones de las entrevistas publicadas por los investigadores de la Cámara de Representantes en los últimos días —más de 100 hasta el momento— brindan más información sobre el violento asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

La Comisión investigó el ataque al Capitolio el 6 de enero del 2020.
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WASHINGTON — Documentos destruidos. Sugerencias de indultar a los alborotadores violentos. Conversaciones discretas entre los funcionarios del gabinete sobre si el entonces presidente Donald Trump debería ser destituido de su cargo.

Las transcripciones de las entrevistas publicadas por los investigadores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en los últimos días —más de 100 hasta el momento— brindan más información sobre el violento asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y las semanas previas, cuando el entonces presidente Donald Trump trató de revertir su derrota en las elecciones presidenciales.

El panel de nueve miembros condujo más de 1,000 entrevistas, y los legisladores están publicando gradualmente cientos de transcripciones después de emitir un informe final la semana pasada. La comisión se disolverá el martes, cuando preste juramento la nueva Cámara Baja, liderada por los republicanos.

Si bien algunos de los testigos fueron más comunicativos que otros, el conjunto de las entrevistas cuenta la historia completa de las intrigas sin precedentes de Trump, el caos sangriento del ataque al Capitolio y los temores de los legisladores y los propios ayudantes del expresidente republicano mientras él intentaba subvertir la democracia y la voluntad popular.

Estos son algunos aspectos destacados de las transcripciones de las entrevistas publicadas hasta ahora:

ASISTENTE DE LA CASA BLANCA CUENTA TODO

La poco conocida asistente de la Casa Blanca Cassidy Hutchinson atrajo la atención nacional cuando testificó durante una audiencia sorpresa el verano pasado sobre las palabras y acciones de Trump en torno al ataque del 6 de enero: su reacción furiosa después de que su equipo de seguridad frustró su intento de acudir al Capitolio ese día junto a sus partidarios, y cómo sabía que algunos de sus simpatizantes estaban armados.

Hasta ahora, la comisión ha publicado cuatro de sus entrevistas a puerta cerrada, las que revelan detalles nuevos sobre lo que dijo que Hutchinson observó durante su tiempo como asistente del entonces jefe de despacho de la Casa Blanca, Mark Meadows.

Entre otras revelaciones, Hutchinson manifestó al panel que había visto a Meadows quemar documentos en la chimenea de su oficina “aproximadamente una decena de veces” después de las elecciones de 2020.

Agregó que no sabía qué documentos eran o si eran cosas que deberían haberse preservado legalmente. Un portavoz de Meadows declinó hacer comentarios.

Hutchinson también habló extensamente sobre sus conflictos morales mientras decidía cuánto revelar: incluso investigó a personajes de Watergate que testificaron de manera similar sobre trabajar en la Casa Blanca del presidente Richard Nixon.

“Mi carácter y mi integridad significan más que otra cosa para mí”. Hutchinson dice que entonces decidió y que regresó al panel con un nuevo abogado en junio después de tres entrevistas anteriores.

¿INDULTOS PARA TODOS?

Después de la insurrección, Trump planteó la idea de un indulto general para todos los participantes, pero Pat Cipollone, el abogado de la Casa Blanca en ese momento, desalentó la idea, según el testimonio de Johnny McEntee, un asistente que trabajó como director de la oficina de personal presidencial y quien fue entrevistado por el panel en marzo.

Luego, Trump preguntó sobre formas de limitar los indultos sólo a aquellas personas que ingresaron al Capitolio y que no se involucraron en actos violentos, pero esa idea también se topó con cierto rechazo, recordó McEntee.

Agregó que Trump parecía persuadido por el consejo y añadió que no estaba al tanto de que la idea volviera a surgir.

Stewart Rhodes fue condenado el martes después de un juicio de casi dos meses.

Por separado, McEntee aseguró que el representante Matt Gaetz, republicano por Florida, le dijo que buscaba un indulto preventivo de parte de Trump mientras enfrentaba una investigación federal por tráfico sexual infantil.

Gaetz no recibió tal indulto, pero no ha enfrentado ningún cargo en relación con la investigación.

Hutchinson testificó que la oficina de Meadows se vio tan inundada de solicitudes de indulto al final del mandato de Trump que algunos recurrieron a Jared Kushner, el yerno de Trump, para que les ayudara a facilitar las cosas.

LA ENMIENDA 25

El panel entrevistó a varios de los secretarios del gabinete de Trump sobre las discusiones de invocar la Sección 4 de la Enmienda 25 de la Constitución: la destitución efectiva de Trump del poder por parte de su propio gabinete.

Si bien algunos reconocieron que se debatió la idea, parece que nunca fue algo probable.

Steven Mnuchin, exsecretario del Tesoro, dice que habló fugazmente con el entonces secretario de Estado Mike Pompeo sobre la idea después de la insurrección.

“Surgió muy brevemente en nuestra conversación”, testificó Mnuchin en julio. “Ambos creíamos que el mejor resultado era una transición normal del poder, que estaba funcionando, y ninguno de nosotros contempló en ningún formato serio la Enmienda 25”.

Llama políticos "corruptos y mafiosos" a los integrantes del comité legislativo.

El general del ejército Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, dijo al panel que fue testigo de una breve conversación entre los dos secretarios del Gabinete en la Casa Blanca y escuchó la frase “Enmienda 25”. Su transcripción aún no se ha publicado, pero los investigadores citaron la entrevista de Milley tanto a Pompeo como a Mnuchin en sus entrevistas.

Pompeo dijo al panel que no recordaba la conversación. “Habría considerado a alguien que hablara sobre el potencial de invocar la Enmienda 25 como absolutamente absurdo”, aseguró.

El vicepresidente Mike Pence descartó después la idea en una carta a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por California, en la que dijo que el mecanismo debería reservarse sólo para cuando un presidente está médica o mentalmente incapacitado.

Mark Short, jefe de despacho de Pence, dijo al panel que pensó que la charla era “un juego político”. El proceso habría tardado semanas en desarrollarse, explicó, y el demócrata Joe Biden estaba por asumir el cargo el 20 de enero.

LA FAMILIA TRUMP TESTIFICA

La comisión entrevistó a dos de los hijos del expresidente, Donald Trump Jr. e Ivanka Trump, sobre sus conversaciones con su padre durante el ataque del 6 de enero y en los días previos y posteriores.

Trump Jr. no respondió muchas de las preguntas de la comisión, y dijo con frecuencia que no recordaba eventos ni conversaciones.

En cambio, sí explicó por qué envió un mensaje de texto a Meadows la tarde del 6 de enero, mientras se desarrollaba el ataque, para decir que su padre necesitaba “condenar esta mi--da” de inmediato, y que los tuits de Trump no habían sido lo suficientemente fuertes. “Mi padre no envía mensajes de texto”, agregó Trump Jr.

Ivanka Trump, quien estuvo en la Casa Blanca con su padre el 6 de enero, también fue vaga en muchas de sus respuestas.

Stephen Ayres recibió una condena menor tras declararse culpable de alteración del orden público.

Habló con la comisión sobre haber trabajado con su padre para escribir sus tuits ese día, y que lo alentó a hacer una declaración fuerte cuando los alborotadores irrumpieron en el Capitolio. Testificó que escuchó sólo a su padre durante una llamada telefónica “acalorada” con Pence esa mañana, cuando su padre trató de alentar a Pence a objetar la certificación del Congreso ese día. Pence se negó a hacerlo.

También testificó que recibió una llamada y un mensaje de texto de la senadora republicana Susan Collins, de Maine, quien se encontraba en el Capitolio cuando el inmueble estaba bajo asedio.

Collins le dijo que “el presidente necesita enviar un tuit muy fuerte que diga a la gente que se vayan a sus casas y que detenga la violencia ahora”.

“DAME CINCO VOTANTES MUERTOS”

Christina Bobb, una abogada de Trump, testificó que el senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur, uno de los principales aliados de Trump, pidió a algunos de los asesores del expresidente que aportaran pruebas de fraude a fin de poder “abogar” por eso después de las elecciones.

Trump afirmó falsamente que hubo un fraude generalizado, a pesar de que los fallos judiciales y los funcionarios electorales en los 50 estados dijeron lo contrario.

Graham dijo a los abogados que le encantaría apoyar la causa.

“No me cuentes todo, porque es demasiado abrumador”, cita Bobb a Graham. “Sólo dame cinco votantes muertos. Dame, ya sabes, un ejemplo de votación ilegal. Sólo dame algo muy pequeño que pueda tomar y por lo que pueda abogar”.

No hizo nada con la información que le dieron, dijo Bobb. Graham votó el 6 de enero para certificar la victoria electoral presidencial de Biden.

FRUSTRACIÓN DE LA GUARDIA NACIONAL

La multitud que irrumpió en el Capitolio se habría topado con una respuesta policial mucho más dura si la mayoría de los amotinados hubieran sido de raza negra, testificó el mayor general retirado del ejército William Walker, quien dirigía la Guardia Nacional del Distrito de Columbia (D.C.) en ese momento. Walker es ahora el encargado de poner orden en la Cámara de Representantes.

“Soy afroestadounidense. Hijo de los años sesenta”, testificó Walker. “Creo que habría sido una respuesta muy diferente si hubieran sido personas negras tratando de irrumpir en el Capitolio. Como oficial de policía de carrera, soldado de medio tiempo..., la respuesta de las fuerzas del orden habría sido diferente”.

La Guardia Nacional no llegó al Capitolio sino horas después, lo que dejó a los abrumados policías a merced de la multitud violenta mientras los funcionarios del Pentágono decían que aguardaban las aprobaciones necesarias. Más de 100 agentes resultaron heridos, muchos de gravedad, cuando los partidarios de Trump los golpearon y arrollaron para entrar.

Walker expresó una frustración profunda por los retrasos, y dijo que incluso consideró romper la cadena de mando y enviar tropas con autorización. Los abogados le aconsejaron encarecidamente que no lo hiciera, dijo. Añadió que no creía que la demora se debiera a que los sublevados eran en su mayoría blancos.

“No creo que la raza fuera parte de la parálisis de decisión entre los militares”, dijo en su entrevista de abril. “Creo que simplemente no querían hacerlo”, agregó.

LÍDERES DE GRUPOS EXTREMISTAS

El líder del grupo Proud Boys, Enrique Tarrio, invocó su derecho contra la autoincriminación, como lo contempla la Quinta Enmienda constitucional, en respuesta a algunas preguntas.

En algunas ocasiones su abogado dijo a los investigadores que su cliente no pertenecía al grupo extremista, cuyos miembros ahora enfrentan cargos de sedición poco comunes en un caso federal procesado por el Departamento de Justicia. Pero el propio Tarrio dijo a los investigadores que se convirtió en presidente de Proud Boys después de que hubo una votación dividida entre ocho “ancianos” del grupo. “Tomé ese título para mí”, aseguró.

Tarrio, quien había salido de la cárcel la víspera de la insurrección, no estuvo presente en el ataque, pero los fiscales afirman que mantuvo el mando sobre los elementos de los Proud Boys que atacaron el Capitolio y los vitoreó desde lejos.

Dijo al panel que en los Proud Boys, el “primer grado de membresía es que eres un chovinista occidental” y que “te niegas a disculparte por crear el mundo moderno”.

Tarrio conoció a Stewart Rhodes, el fundador del grupo extremista Oath Keepers en una cochera la noche del 5 de enero, antes del ataque. “Todavía no me agrada Stewart Rhodes”, agregó Tarrio.

Rhodes, quien también fue entrevistado por el panel, fue declarado culpable en noviembre de conspiración sediciosa, por lo que los fiscales dijeron que era un complot para cometer una rebelión armada para prevenir la transferencia del poder presidencial.

Dijeron que Rhodes reunió a sus seguidores a fin de luchar para defender a Trump y que debatió la perspectiva de una guerra civil “sangrienta”.

En su testimonio de febrero ante el panel, Rhodes habló extensamente sobre su visión del mundo, pero se negó a responder preguntas sobre su participación el 6 de enero y la acumulación de armas. Dijo sentirse como un preso político.

“Me siento como un judío en Alemania, francamente”, aseguró Rhodes al panel.

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