Michigan ha sido trascendental en las victorias de los candidatos presidenciales demócratas en los últimos 32 años y la vicepresidenta Kamala Harris lo sabe, pero también es consciente de que fue uno de los estados que inclinó la balanza a favor de Donald Trump en 2016 y lo llevó a la Casa Blanca.
Cuatro años atrás, gracias a una ventaja de 154,181 votos Joe Biden recuperó para Michigan la condición de miembro del "muro azul", un conjunto de tres estados a los que se suman Pensilvania y Wisconsin, donde el voto obrero es clave para el Partido Demócrata.
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No es un detalle menor, teniendo en cuenta que Michigan también forma parte de los siete estados “péndulo” o “bisagra”, que reciben ese nombre porque no muestran una inclinación definitiva por ninguno de los candidatos en una igualada elección.
Con una población que ronda los 10 millones de personas, 7.6 millones de las cuales están habilitadas para votar, Michigan asignará 15 de los 538 votos del Colegio Electoral, lo que representa un 2.7% de los sufragios necesarios para decidir quién tomará las riendas del país.
UNA LUCHA CABEZA A CABEZA
La victoria de Trump en 2016 sobre la exsecretaria de Estado Hillary Clinton ha sido la más estrecha en este estado en las últimas décadas, con un 0.2% de diferencia (10,704 votos). En 2024 la brecha puede ser similar.
¿A favor de qué candidato se registraría el margen? Los sondeos indican que Harris llega a la elección del 5 de noviembre con una ligera ventaja de 1.1 % sobre Trump, según la media que calcula la web FiveThirtyEight.
En cambio, la ventaja aumenta cuando se trata del dinero recaudado a través de donaciones individuales, rubro por el que la demócrata ha ingresado $14.3 millones a su campaña, frente a los $6.9 millones del republicano, de acuerdo con el reporte de la Comisión Federal de Elecciones (FEC, por su sigla en inglés).
Cualquier error estadístico puede hacer que el resultado definitivo se distancie de lo que muestran las encuestas y los candidatos lo entienden, por lo cual han planteado en Michigan una agenda que incluye la tensión en Oriente Medio o los derechos reproductivos.
LA GUERRA EN GAZA ENTRA EN ESCENA
La candidata demócrata enfrenta un gran reto en este estado con una amplia población árabe muy descontenta por la guerra de Gaza y en el que ha tenido que reconocer que se trata de “una tragedia” donde hay una gran “cantidad de palestinos inocentes que han sido asesinados”.
Como lo ha hecho en Pensilvania y Wisconsin, la líder republicana Liz Cheney, detractora de Trump dentro de su partido, ha acompañado a Harris en Michigan, donde la presencia de la ex primera dama Michelle Obama también se ha sentido.
La vicepresidenta ha aprovechado el respaldo de Obama para señalar, en un intento por cautivar el voto femenino, la influencia del republicano en la derogación de la sentencia Roe vs. Wade que protegía el aborto a nivel nacional.
Trump también ha cedido terreno, pues en un mitin en Detroit, la ciudad más poblada de Michigan, declaró que esa urbe convertía a Estados Unidos “en una nación en vías de desarrollo”, en alusión a la desindustrialización causada por el cierre de fábricas automotrices.