Cristian tiene 25 años, y es uno más de los cerca de 7 millones de venezolanos que contabilizó la Agencia de la ONU para los refugiados, como parte de éxodo masivo de personas que han huido de Venezuela para huir de las condiciones de vida y la falta de libertades.
Cristian llegó a Chicago en el verano pasado, con un grupo de migrantes que fueron enviados desde El Paso, Texas hacia otros estados y compartió con Telemundo Chicago Investiga su historia de supervivencia y cómo Chicago es ahora el lugar donde piensa encontrar nuevas oportunidades.
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“Para mi el sueño americano es solo un mito, al final no vengo por un sueño sino por un propósito que es el de ayudar a mi familia”, aseguró Cristian desde El Paso, antes de llegar a la ciudad de los vientos.
Según la ciudad de Chicago, cerca de 4,000 migrantes en su mayoría venezolanos solicitantes de asilo, fueron enviados desde Texas y Colorado en autobuses a nuestra ciudad durante el verano pasado.
Cristian hizo la travesía prácticamente con la ropa que llevaba puesta. “Yo venía sin recursos, sin presupuesto, sin nada en los bolsillos, sin comida”.
Pero Cristian asegura que vivir en Venezuela era aún más difícil. “Pocos conocen lo que es venir del tercer mundo, al primer mundo, por eso es que muchos nos juzgan”.
Venezuela pasó de ser un país petrolero y próspero a finales de los noventa, a un país empobrecido tras la llegada de Hugo Chávez en 1999 y su sucesor Nicolás Maduro en 2013, tal como lo recuerda Mariano De Alba, miembro de Crisis Group. “Históricamente Venezuela era un país receptor de inmigración, no un país que de alguna forma expulsaba a migrantes y refugiados, pero eso cambió, a raíz de la llegada del chavismo al poder”.
Venezuela tiene una población de 28 millones de habitantes. Unos 7 millones de ellos se habían convertido en refugiados y migrantes en 2022, según las Naciones Unidas, que la considera una de las peores crisis de desplazamiento del mundo
Según cálculos de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela, más de 81% de los venezolanos vive en pobreza y el ingreso promedio es inferior a 5 dólares mensuales.
La tasa de inflación en ese país cerró en 2022 en más de 300%, según el Observatorio Venezolano De Finanzas. Pero también la persecución política ha sido determinante en este éxodo.
Cristian reconoce que eso también incidió en su deseo de salir de su país natal. “En Venezuela no se reconoce la delincuencia de la autoridad con la policía nos la vemos difícil porque así nosotros no seamos delincuentes, también somos perseguidos por las autoridades”, aseguró Cristian desde el centro de Chicago.
Informes de la ONU detallan la participación de militares y organismos de inteligencia en graves violaciones de derechos humanos incluidas ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y torturas y violencia sexual. Además de más de 300 presos políticos contabilizados por ONG. Todo esto le ha valido a Nicolás Maduro una investigación en la Corte Penal Internacional de la haya por presuntos crímenes de lesa humanidad.
“Aquí nadie te persigue, aquí nadie está pendiente de ti, aquí si vas caminando por la calle, vas caminando”, dice confiado Cristian Pena mientras monta una bicicleta que usa para ganar dinero haciendo envíos. “Hay libertad… y es lo que uno busca, la libertad”.
Todos estos factores, unido a la crisis económica de la pandemia obligo a muchos venezolanos que habían emigrado inicialmente a países de américa latina, a venir a los Estados Unidos.
El Departamento de Seguridad Nacional tiene registros de un aumento exponencial en el número de encuentros de la Patrulla Fronteriza con migrantes venezolanos en los estados del sur del país, que pasó de solo 2,787 en 2020 a más de 187,000 en 2022. Y en lo que va de año fiscal del 2023, ya se han contabilizado más de 53,000.