En mayo se cumplirán seis años de la muerte de Anastasio Hernández, mientras era repatriado a México, en el cruce fronterizo entre San Ysidro (California) y Tijuana.
Su familia y defensores de los inmigrantes aún buscan justicia, esta vez en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en Washington D.C. El miércoles presentarán su petición de una disculpa pública.
Un video grabado en mayo de 2010 muestra a Hernández rodeado de agentes de la Patrulla Fronteriza, esposado y en el suelo. Lo patearon, golpearon y le dispararon con una pistola eléctrica.
Las agresiones, asegura la familia, lo dejaron inconsciente y eventualmente le provocaron la muerte.
La Patrulla Fronteriza mantiene que fue solo un agente el que le disparó, y que lo hizo en defensa propia, después de que, según se alega, el mexicano se pusiera agresivo.
Hasta el momento, ningún agente ha sido disciplinado y el Departamento de Justicia no ha sometido cargos.
Los familiares no están pidiendo dinero, pues dicen que la vida de Anastasio Hernández no tiene precio.