Un año después: así vive Fidencio el paletero

De un día para otro, hace un año, a Fidencio Sánchez le cambió la vida. Para este anciano de La Villita, en Chicago, una foto fue suficiente para que todo el país conociera su historia: la imagen de él, empujando un carrito de helado con el que trabajaba en plena vejez, conmovió al país entero.

Todo surgió como una iniciativa de buenos samaritanos, Joel Cervantes Macías y José Loera, quienes no solo le tomaron la foto sino que también le compraron 20 paletas e iniciaron una recolección de fondos sin precedentes, que sumó más de $380,000 para ayudarle a pasar a un retiro que no pusiera en aprietos económicos a su familia. 

Un año después, su vida es otra. Dice que ya no trabaja y que lleva una vida mucho más feliz. "Antes sí lo hacía el trabajo (sic) pero me sentía que me cansaba mucho y llegaba yo a la casa rendido", refiere. 

Aún no se lo cree, aunque poco a poco se acostumbra. "Esto yo ni me lo soñaba, pero llegó a mi y no a todos nos llega eso", reflexiona. 

Además, comentó que se ejercita y pasea, pero sobre todo, que vive cada instante muy agradecido a los dos hombres que iniciaron toda la ola de ayuda que llegó a él.  Indicó que tiene nuevos pasatiempos, que lee en casa y sale de compras a veces, pues gracias al ejercicio físico se siente mucho mejor. 

"Pienso seguir saliendo a partes que me motiven para no estar triste", añadió. 

Este abuelito si bien no revela qué destino le dio a los fondos, sí dice que le pide a Dios más vida porque es mucho lo que quiere concretar.

Mientras, recorre a diario las calles de su comunidad, que también le inmortalizó en un mural y hasta pone a sonar un corrido que cuenta su increíble historia personal. 

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