Con las palabras que él mismo dedicó a sus compañeros caídos, Javier Valdez fue despedido por cientos de periodistas en todo el país.
En su honor, leyeron sus libros, protestaron, colocaron veladoras, pero sobre todo exigieron que el gobierno haga algo por evitar que uno más de ellos se convierta en la siguiente víctima.
"El 99.7% de los asuntos de ataques a periodistas ha quedado impune", enfatiza Fred Álvarez, periodista especialista en narcotráfico.
"Las autoridades no hacen nada por detener a los asesinos, es más, los alientan", sostiene Jorge Meléndez.
Y con esa verdad expuesta, las autoridades tuvieron que actuar de inmediato. El presidente Enrique Peña Nieto llamó a una junta extraordinaria para delinear nuevas acciones enfocadas a proteger a los representantes de los medios de comunicación y a los defensores de los derechos humanos.
A la reunión, que se realizó en la residencia oficial de Los Pinos, acudieron los gobernadores, el gabinete de seguridad y el fiscal especial para la atención de estos delitos y es que la preocupación es grande, pues en lo que va de este año son siete los periodistas asesinados, 36 durante su gestión, y 105, desde el 2000, según la organización Artículo 19.
Y para ellos, Peña Nieto pidió un minuto de silencio, que fue roto por los gritos de "¡Justicia!, ¡Justicia" desde el área donde se ubican los reporteros.
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Luego reconoció el clima de violencia en el que este gremio trabaja y anunció que se fortalecerá el mecanismo de protección a la prensa, se coordinarán con los gobiernos estatales para crear fiscalías especiales e implementarán estrategias que disminuyan los riesgos.
"Especialmente ante la amenaza que hoy representa el crimen organizado, en ocasiones, infiltrado en las instancias de gobiernos locales en ciertas instancias del país", admitió Peña Nieto.
Los asistentes a la reunión se comprometieron a aclarar los casos que se tienen abiertos, a terminar con la impunidad y castigar a quienes pretenden callar la verdad matando a los periodistas.
